Una palabra que confronta el corazón: las promesas no se sostienen con emociones, sino con fidelidad. Desde la historia de Jefté hasta la entrada triunfal de Jesús, esta predicación revela que toda promesa verdadera tiene un precio y toda fidelidad probada revela carácter.
En un tiempo donde el compromiso es frágil y la fe se enfría, Dios busca hombres y mujeres que cumplan lo que declaran y permanezcan firmes aunque cueste. Una invitación a volver al altar, honrar la palabra dada y vivir la verdad de una promesa delante de Dios.
Esta predicación confronta el poder oculto del enojo y cómo, cuando no se controla, puede distorsionar nuestra visión, herir relaciones y alejarnos del propósito de Dios. A través de la historia de Jonás, vemos cómo incluso un siervo fiel puede dejarse dominar por la ira cuando sus expectativas chocan con la misericordia divina.
Dios nos invita a examinar nuestro corazón, rendir la frustración a Su voluntad y aprender a reaccionar con paciencia, amor y dominio propio. Un mensaje que transforma el enojo en oportunidad espiritual y la emoción en madurez cristiana.